Después de un periodo de incubación de 2 días a 4 semanas y se establece la infección aguda sintomática, el paciente pasa por una primera fase en que presenta los síntomas similares a un resfriado común que se caracteriza por:
• Fiebre, dolor de cabeza, dolor de músculos y articulaciones, malestar abdominal, nauseas, vómito y diarrea.
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Después de que el paciente aparentemente cura y queda sin molestias, se establece una segunda fase en la que presenta
• Irritación de las conjuntivas, dolor de ojos, dificultad para respirar, ictericia, hemorragias intestinales y/o pulmonares, neumonía, arritmias, insuficiencia cardiaca, miocarditis, inflamación en diferentes órganos (riñón, vesícula biliar, hígado y páncreas), afección neurológica, irritación meníngea que provoca fiebre, dolor de cabeza y rigidez de cuello.
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En casos graves el paciente puede evolucionar a Neuroleptospirosis, Síndrome de Weil o a Fiebre Hemorrágica Pulmonar.
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Neuroleptospirosis.
Se observa una meningitis aguda con
• Fiebre, dolor de cabeza, rigidez del cuello, flacidez seguida de cambios de la frecuencia cardiaca, sudoración excesiva, hipertensión arterial, espasmos musculares, cambios de color de la piel, etc. (hipereflexia) con alteración de los reflejos del pie (respuesta plantar extensora), dolor lumbar, calambres y otros síntomas asociados a la afectación radicular y disminución de la fuerza en los miembros inferiores (paraparesia motora).
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Algunos pacientes manifiestan:
• Inflamación del cerebro (Encefalitis aguda y crónica), accidente cerebro vascular isquémico y hemorrágico, trombosis venosa cerebral, disminución del flujo sanguíneo cerebral (estenosis progresiva o Moya moya), ataques de dolor repentino, intenso, agudo, superficial, punzante o con sensación de quemazón (neuritis craneal), dolor, debilidad, sensaciones anormales en cualquier parte del cuerpo (mononeuritis múltiple), parálisis facial bilateral, afección de la médula espinal (mielopatía), mieloradiculopatía y polioneuritis similar al síndrome de Guillen-Barré.
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Muchos de estos signos y síntomas pueden ser confundidos con enfermedades tales como la esclerosis, síndrome de Devic y otros.
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Síndrome de Weil.
Este síndrome se caracteriza por:
• Ictericia, fiebre, dolor de cabeza, conjuntivitis, náuseas, vómitos, diarrea, constipación, postración muy marcada, petequias, hemorragias del aparato gastrointestinal, proteinuria, hepatomegalia, insuficiencia renal con marcada oliguria o anuria, azotemia, desequilibrio electrolítico y fallo multiorgánico.
El paciente puede morir en 5 días.
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Fiebre Hemorrágica Pulmonar.
Por lo general, en la Fiebre Hemorrágica Pulmonar no hay ictericia, es decir es anictérica. Comienza con:
• Síntomas respiratorios que evolucionan a una neumonía en 2 a 6 días, se produce una hemorragia pulmonar profusa o intensa y falla multiorgánica.
El paciente puede morir en 72 horas.
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Debido a que el inicio de la enfermedad puede parecerse a múltiples enfermedades, los médicos no sospechan de leptospirosis, aún cuando haya un antecedente importante como tener una mascota enferma que, por lo común y pese a su importancia en medicina veterinaria, el médico veterinario poco piensa en esta enfermedad. Por tal motivo muchos de los pacientes con leptospirosis aguda pasan desapercibidos.
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De los pacientes que son detectados y diagnosticados con leptospirosis aguda, el 10%, es decir 10 de cada 100, presentan ictericia que es una elevación de las bilirrubinas lo que hace que la piel y los ojos de la persona se pongan amarillos y que clínicamente es confundida con una hepatitis viral y el 10% de éstos, es decir 1 de cada 100 enfermos, evolucionan a la forma más grave y la más conocida llamada Síndrome de Weil.
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