La búsqueda de la leptospirosis comienza con la sospecha clínica, desafortunadamente muchos médicos ignoran su existencia, lo que representa el primer obstáculo para su diagnóstico.
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La gran mayoría de los médicos piensan que la forma ictérica grave o síndrome de Weil, es la única forma en que se manifiesta, pero es importante aclarar que este síndrome solo se presenta en menos del 1% de los casos de leptospirosis aguda.
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Para su diagnóstico clínico se debe incluir la exposición a factores de riesgo que sean una fuente de contagio como por ejemplo: el contacto con animales, especialmente si están enfermos, y agua potencialmente contaminada como el agua de lluvia durante las inundaciones, ríos contaminados, etc.
Dos fuentes de riesgo muy comunes que no son consideradas durante la entrevista médica es el contacto de agua contaminada por animales muertos encontrados en tinacos, cisternas o pozos y la presencia de roedores en casa y sus alrededores.
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Para el diagnóstico y confirmación por laboratorio de la fase aguda, se realiza la búsqueda de anticuerpos en sangre a diluciones por arriba de 1:100 por la prueba de Microaglutinación en placa (MAT) e Inmunoensayo (ELISA); el aislamiento de la bacteria en medios de cultivo, la reacción en cadena de polimerasa (PCR) y tinciones inmunológicas.
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